sábado, 30 de marzo de 2013

Décima Estación

Jesús es despojado de sus vestiduras




Sacerdote: Te adoramos Cristo y te bendecimos.

Fieles: Porque por tu Santa cruz redimiste al mundo.

Sacerdote: Después que los soldados crucificaron a Jesús, tomaron sus vestiduras y las dividieron en cuatro partes, una para cada uno. Tomaron también la túnica, y como no tenía costura, porque estaba hecha de una sola pieza de arriba a abajo, se dijeron entre sí: "No la rompamos. Vamos a sortearla, para ver a quién le toca". Así se cumplió la Escritura que dice: Se repartieron mis vestiduras y sortearon mi túnica. Esto fue lo que hicieron los soldados (Juan 19, 23-24).


Santa Faustina (Fieles): Jesús se presentó delante de mí inespera­damente, despojado de las vestiduras, cubierto de llagas en todo el cuerpo, con los ojos llenos de sangre y de lágrimas, la cara desfigurada, cu­bierta de salivazos. 

Jesús (Sacerdote): La esposa debe asemejarse al Esposo.


Santa Faustina (Fieles)Entendí estas palabras en profundidad. Aquí no hay lugar para ninguna duda. Mi semejanza a Jesús debe realizarse a través del sufri­miento y de la humildad (268).

Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón según tu Corazón.

Sacerdote: Tú, que sufriste heridas por nosotros.

Fieles: Cristo Jesús, ten misericordia de nosotros.


Canto: Perdona a tu pueblo, Señor

Perdona a tu pueblo, Señor,
perdona a tu pueblo, 
perdónalo, Señor.
No estés eternamente enojado,
no estés eternamente enojado,
perdónanos, Señor.


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